Este dormidero ha recuperado esta año parte de su entidad al haber desaparecido los emplazamientos de Aibar y Cáseda y al haber absorbido durante los días del censo la totalidad de los de Lumbier. Durante el censo llegó a tener hasta 144 ejemplares. Y ello a pesar de la clausura del vertedero de Sangüesa que pareció afectarle significativamente el año pasado.
En cualquier caso lejos esta comarca de los 400 que se observaron en la década de los 90 durante los primeros censos sistemáticos.
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